martes, 28 de julio de 2009

"Imposturas intelectuales" Un libro que hace mierda todos los delirios de los discursos filosóficos

Gilles Deleuze, recientemente fallecido, está considerado como uno
de los filósofos franceses contemporáneos más importantes. Solo o en colaboración
con el psicoanalista Félix Guattari, ha escrito una veintena de
libros de filosofía. En este capítulo analizaremos la parte de dicha obra
en la que los autores invocan términos y conceptos procedentes de la física
y las matemáticas.
La característica principal de los textos que hemos incluido es la
falta absoluta de claridad y transparencia. Como es natural, los defensores
de Deleuze y Guattari podrían replicar que, simplemente, dichos
textos son profundos y no los comprendemos. Sin embargo, al analizarlos
con atención, se observa una gran densidad de términos científicos,
utilizados fuera de su contexto y sin ningún nexo lógico aparente,
por lo menos si se les atribuye su significado científico usual. Por
supuesto, Deleuze y Guattari son libres de emplear estos términos en
otros sentidos diferentes: la ciencia no tiene el monopolio sobre el uso
de vocablos como «caos», «límite» o «energía». Pero lo que sucede,
así lo mostraremos, es que sus escritos están atiborrados también de
términos extremadamente técnicos que nunca se utilizan fuera de discursos científicos especializados, y de los que no dan ninguna definición
alternativa.
Estos textos tocan una gran variedad de temas: el teorema de Godel, la
teoría de los cardinales transfinitos, la geometría de Riemann, la mecánica
cuántica, etc.1 No obstante, las alusiones son tan breves y superficiales que
el lector que no posea un dominio previo de dichos temas no podrá entender
nada concreto. Y los lectores especializados encontrarán, la mayoría de
las veces, que sus afirmaciones no tienen el menor sentido o que, aun siendo
a veces aceptables, son fútiles y confusas.
Somos muy conscientes de que Deleuze y Guattarí se dedican a la filosofía
y no a la divulgación científica. Pero, ¿qué función filosófica puede
cumplir esa avalancha de jerga científica (y pseudocientífica) mal digerida?
En nuestra opinión, la explicación más plausible es que estos
autores pretenden exhibir en sus escritos una erudición tan amplia como
superficial.




Alan sokal - Jean Bricmont

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